En Melilla, algunos niños que viven en la calle, los nadie, los MNA, los menores no acompañados como se les llama técnicamente, guardan sus pertenencias bajo las tapas de las conducciones del gas o del agua. Un pantalón, unas bambas o unas chanclas son todo lo que tienen. Eso y el desprecio de los poderes públicos que solo les ofrecen el ingreso en un centro de menores del que se oyen cosas que no voy a contar aquí. Los que crecen en estos centros, cuando cumplen la mayoría de edad los echan a la calle, sin papeles, sin futuro, sin nada. Muchos duermen en un espigón del puerto esperando un autobús o un ferry en el que colarse de polizones arriesgando su vida para cruzar al continente y poder seguir su vida. Mientras, vagan por la ciudad o se esconden al paso de la policía por miedo a ser deportados. En muchos casos esas deportaciones acaban en medio del desierto desde donde intentan volver colándose como sea por la frontera o si su edad y condiciones físicas se lo permiten, saltar la valla las veces que sea necesario. Las pieles de estos jóvenes reflejan los cortes de la vida y los desgarros de las concertinas que fabrica en Málaga la empresa European Security Fencing, que como dice con orgullo empresarial la pagina de inicio de su página web son " líder en Europa en la fabricación de concertinas" Al final todo es una cuestión de negocios. Nada personal.
