Un par de veces al año escribo mi nombre en Google y echo una ojeada para ver que publicaciones me han pirateado fotografías o fotos de piezas. Si no es algún medio de los gordos o es algo muy descarado lo dejo correr porque si no me pasaría el día con el tema y aun así la cosa es complicada. Por ejemplo hace unos meses el American Herald Tribune pirateó una foto mía con marca de agua y todo y no hubo manera de que la quitasen. Después de un par de infructuosos movimientos de los abogados de VEGAP y de la sociedad de autores de Estados Unidos, me aplicaron la primera enmienda de la constitución que protege el derecho a la información sobre los derechos de autor y tema zanjado. Ni quitaron la foto ni la pagaron. Hoy me he llevado la sorpresa de que la Scool of Visual Arts de Nueva York, donde estudié en el 93 usa en su web una de las piezas que hice allí. Al acabar el curso el profesor de serigrafía David Sandlin, al que admiro mucho como artista y como persona, me pidió una serigrafía para exponerla y para el centro de documentación de la universidad. Siempre pensé que andaría perdida por ahí después de tantos años y tantos alumnos. Pues se ve que no, que la tienen a buen recaudo. Os parecerá una bobada pero me ha hecho ilusión que la universidad donde estudié se acuerde de mi aunque sea publicando una imagen sin mi consentimiento. Me estoy volviendo un sentimental.